Una isla para los amantes de la natación en aguas abiertas
Lanzarote es una isla, hasta ahí todo correcto. Como tal, es una superficie de tierra rodeada de agua por todas partes, como define la RAE el concepto de isla. Pero lo que no se dice en los libros de lengua o geografía es que es uno de los mejores lugares para aprovechar ese agua en beneficio de la salud, unido al deporte.
Diversos estudios asocian la natación a la mejora en la elasticidad y flexibilidad, a la quema de grasas, como ‘analgésico’ ante el asma, la diabetes o el colesterol, e incluso sus beneficios psicológicos. Vamos, que Lanzarote tiene a uno de los mejores médicos del mundo, el mar.
Ese bien se ha aprovechado en la isla para la realización de diversas travesías a nado, eventos donde se entremezclan los beneficios deportivos, el gen competitivo, el compañerismo y la interactividad entre personas, algo muy valorado en estos días donde hemos pasado mucho tiempo en casa.
Entre esas travesías hay cuatro que destacan por encima del resto. La primera en celebrarse todos los años es la Sailfish Lanzarote Open Water, que esta edición debía ser la sexta y que se celebra en Puerto del Carmen una semana antes del Ironman Lanzarote. La segunda, allá por el mes de julio, es la Travesía Playas de Papagayo, que partiendo en una de las playas más míticas del sur de Lanzarote, recorre el litoral hasta llegar a Playa Blanca.
Después llegarían las dos más veteranas entre las más conocidas fuera de la isla, la Travesía a Nado El Río y la Travesía Internacional La Bocaina, que cumplen 27 y 21 años en este 2020. La primera de estas se encarga de unir Lanzarote con La Graciosa, mientras que la segunda une Lanzarote con Fuerteventura. En ambas, tanto en el punto de inicio, en la Playa Bajo el Risco o en Playa Dorada, así como en la llegada, el Puerto de La Graciosa o el Puerto de Corralejo, hay un gran ambiente de aficionados y familiares que quieren despedir y recibir las personas que se atreven con el hito de unir dos islas, algo por lo que Lanzarote puede presumir, al ser la única en el archipiélago capaz de hacerlo por partida doble.
Son cientos de anécdotas que se acumulan en dichas travesías, donde el mar es más salvaje que en otras pero donde los sistemas de seguridad son más estrictos para perseverar en la salud del nadador por encima de todos. Nadar con delfines o rayas, es habitual en estas citas, donde hay una edad mínima para participar (15 años) pero no hay máxima, siendo habitual la presencia de personas octogenarias que año a año dan lecciones de salud a los espectadores.
Los beneficios de estas travesías, en salud, están tan claros como los beneficios económicos y empresariales que genera en los puntos de salida y llegada. Conseguir hospedaje en La Graciosa, en las fechas de la Travesía a Nado El Río se hace prácticamente imposible, más que conseguir una de las plazas para participar que se acaban todos los años mucho antes, a los pocos minutos de abrir las inscripciones.
Ambas pruebas se celebrarán en el último trimestre del año, la Travesía a Nado El Río está prevista para el 10 de Octubre y la Travesía Internacional La Bocaína, el 07 de Noviembre. Es aconsejable estar pendiente de posibles cambios en los meses y semanas previas, ya que las condiciones meteorológicas marcan la celebración de estos eventos.
¡Qué mejor que dos grandes retos para acabar el año a buen ritmo competitivo!